Thursday, April 18, 2019

And Cuba Responds to the New US Cuba Policy: "La Revolución Cubana prevalecerá firme ante la escalada agresiva de los Estados Unidos" ["The Cuban Revolution will prevail against the aggressive escalation of the United States"]



I have been writing about the new set of sanctions directed against Cuba, but as part of a wider pivot toward the Caribbean region and Latin America generally (see here, here, and here).

It was only a matter of time before the Cuban State responded.  Cuba did not keep us waiting long.

What follows is the Cuban official response to the announcement by US officials of change sin US policy and its initiatives against Cuba, Venezuela, and Nicaragua: La Revolución Cubana prevalecerá firme ante la escalada agresiva de los Estados Unidos  ["The Cuban Revolution will prevail against the aggressive escalation of the United States"].  Included is the original (Español) and my not quite elegant translation.

For the moment the Cubans can do little but produce words; it will be interesting to see whether or how Cuba will implement countermeasures--and most likely through its allies and over time.  Or perhaps they may work harder to leverage their own participation in American politics in ways that weakens the current administration and especially its allies among the hard right of the Cuban ex patriot community (currently influential in the Trump Administration). What is especially curious is the way that the Cuban state was able to nicely turn the language of the civil war among American elites respecting the legitimacy and character of the sitting President of the United States  to their own advantage.  It suggests, in quite powerful ways, the reality of a fluidity of narrative representations across national borders--and in this case the way in which the ideological civil wars among American elites (on the one hand) and Cuban elites (both within and outside the Island) now appear to be merging--art least in their discusive elements.

And lastly, it reflects the importance of moment when the American pivot towards the Caribbean challenges over two decades of Cuban internaitonalism in the region. Read carefully, the Cuban response is as much about its relaitons with Venezuela (and the rest of the ALBA community), as it is about the now well worn back and forth of the American Embargo.

He estado escribiendo sobre el nuevo conjunto de sanciones dirigidas contra Cuba, pero como parte de un giro más amplio hacia la región del Caribe y América Latina en general (ver here, here, and here).

Era solo cuestión de tiempo antes de que el Estado cubano respondiera. Cuba no nos hizo esperar mucho.

Lo que sigue es la respuesta oficial cubana al anuncio por parte de los funcionarios de los Estados Unidos sobre el cambio en la política de los Estados Unidos y sus iniciativas contra Cuba, Venezuela y Nicaragua: La Revolución Cubana prevalecerá firme ante la escalada agresiva de los Estados Unidos ["La Revolución Cubana prevalecerá en contra La agresiva escalada de los Estados Unidos." Se incluye la traducción original (español) y mi traducción no bastante elegante.

Por el momento los cubanos no yienen mucho especio para responder con acciones, se les queda poco pero la producción de palabras; Será interesante ver si o cómo Cuba implementará contramedidas, y muy probablemente a través de sus aliados y en el tiempo. O tal vez trabajen más duro para aprovechar su propia participación en la política estadounidense de manera que debilite a la administración actual y especialmente a sus aliados entre la extrema derecha de la comunidad ex patriota cubana (actualmente influyente en la Administración Trump). Lo que es especialmente curioso es la forma en que el estado cubano pudo cambiar el lenguaje de la guerra civil entre las élites estadounidenses respetando la legitimidad y el carácter del Presidente de los Estados Unidos en su propio beneficio. Sugiere, de formas bastante poderosas, la realidad de una fluidez de representaciones narrativas a través de las fronteras nacionales, y en este caso la forma en que las guerras civiles ideológicas entre las élites estadounidenses (por una parte) y las elites cubanas (tanto dentro como fuera de la Isla) ahora parece estar fusionándose, menos el arte en sus elementos discusivos.

Y, por último, refleja la importancia del momento en que el pivote estadounidense hacia el Caribe busca oponerse a más de dos décadas de internacionalismo cubano en la región. Considerada cuidadosamente, la respuesta de Cuba se refiere tanto a sus relaciones con Venezuela (y al resto de la comunidad de ALBA), como a la desgastada y ahora desgastada participación del Embargo Americano.





La Revolución Cubana prevalecerá firme ante la escalada agresiva de los Estados Unidos ["The Cuban Revolution will prevail against the aggressive escalation of the United States"].

Hoy 17 de abril se cumple un aniversario del inicio de la agresión militar de Playa Girón en 1961. La decidida respuesta del pueblo cubano en defensa de la Revolución y del socialismo, dio lugar, en solo 72 horas, a la primera derrota militar del imperialismo en América.

Curiosamente, es la fecha escogida por el actual gobierno de los Estados Unidos para anunciar la adopción de nuevas medidas de agresión contra Cuba y reforzar la aplicación de la Doctrina Monroe.

El gobierno Revolucionario rechaza en los términos más enérgicos la decisión de permitir en lo adelante que se tome acción en tribunales estadounidenses ante demandas judiciales contra entidades cubanas y extranjeras fuera de la jurisdicción de los Estados Unidos, y la de endurecer los impedimentos a la entrada en los Estados Unidos de directivos y familiares de las empresas que invierten legítimamente en Cuba, en propiedades que fueron nacionalizadas. Son acciones contempladas en la ley Helms-Burton que fueron rechazadas desde hace mucho por la comunidad internacional, que la nación cubana repudió desde su promulgación y aplicación en 1996, y cuyo fin fundamental es imponer la tutela colonial sobre nuestro país.

Repudia también la decisión de volver a limitar las remesas que residentes cubanos en los EE.UU. envían a sus familiares y allegados, de restringir aún más los viajes de ciudadanos norteamericanos a Cuba, y la de aplicar sanciones financieras adicionales.

Rechaza enérgicamente las referencias a que en Cuba se hayan producido ataques contra diplomáticos estadounidenses.

Pretenden justificar sus acciones, como ya es costumbre, con la mentira y el chantaje.

El General de Ejército Raúl Castro expresó el pasado 10 de abril: “Se culpa a Cuba de todos los males, usando la mentira en el peor estilo de la propaganda hitleriana”.

Para esconder y justificar el fracaso evidente de la siniestra maniobra golpista de designar desde Washington a un “presidente” usurpador para Venezuela, el gobierno de los Estados Unidos acude a la calumnia.

Acusa a Cuba de ser responsable de la solidez y firmeza que han demostrado el gobierno bolivariano y chavista, el pueblo de ese país y la unión cívico-militar que defiende la soberanía de su nación. Miente descaradamente al alegar que Cuba mantiene en Venezuela a miles de efectivos militares y de seguridad, influyendo y determinando lo que ocurre en ese país hermano.

Tiene el cinismo de culpar a Cuba por la situación económica y social que enfrenta Venezuela tras años de brutales sanciones económicas, concebidas y aplicadas por Estados Unidos y varios aliados, justamente para asfixiarla económicamente y generar sufrimiento en la población.

Washington llega al extremo de presionar a gobiernos de terceros países para que intenten persuadir a Cuba de que retire este supuesto e inverosímil respaldo militar y de seguridad, e incluso para que deje de prestar apoyo y solidaridad a Venezuela.

El actual gobierno de los Estados Unidos es reconocido, en su propio país e internacionalmente, por la inescrupulosa tendencia a utilizar la mentira como recurso doméstico y de política exterior. Es un hábito que concuerda con viejas prácticas del imperialismo.

Aún están frescas las imágenes del Presidente George W. Bush, con el apoyo del actual asesor de Seguridad Nacional John Bolton, mintiendo indecorosamente sobre supuestas armas de destrucción masiva en Iraq, falacia que sirvió de pretexto para invadir a ese país del Medio Oriente.

La historia registra también la voladura del acorazado Maine en La Habana y el autoprovocado incidente del Golfo de Tonkin, episodios que sirvieron de pretexto para desatar guerras de rapiña en Cuba y Vietnam.

No debemos olvidar que Estados Unidos utilizó insignias cubanas falsas, pintadas en los aviones que realizaron los bombardeos en el preludio de la agresión de Playa Girón, para esconder que realmente eran norteamericanos.

Debe quedar claro que las calumnias de los Estados Unidos descansan en una mentira total y deliberada. Sus servicios de inteligencia tienen evidencias más que suficientes, seguramente más que ningún otro Estado, para conocer que Cuba no posee tropas ni participa en operaciones militares ni de seguridad en Venezuela, si bien es un derecho soberano de dos países independientes determinar cómo cooperar en el sector de la defensa, lo que no le corresponde a EE.UU cuestionar.

Quien acusa mantiene más de 250 mil soldados, en 800 bases militares en el extranjero, una parte de ellas en nuestro hemisferio.

Su gobierno sabe además que, como Cuba ha declarado pública y reiteradamente, los cerca de 20 mil colaboradores cubanos, más del 60% mujeres, cumplen en esa nación latinoamericana las mismas tareas que actualmente realizan aproximadamente otros 11 mil profesionales de nuestro país en 83 naciones: contribuir a prestar servicios sociales básicos, fundamentalmente de salud, lo que es reconocido por la comunidad internacional.

Debe quedar también absolutamente claro que la firme solidaridad con la hermana República Bolivariana de Venezuela es un derecho de Cuba como Estado soberano y es también un deber que forma parte de la tradición y los principios irrenunciables de política exterior de la Revolución cubana.


Ninguna amenaza de represalia contra Cuba, ningún ultimátum ni chantaje del actual gobierno estadounidense va a desviar la conducta internacionalista de la nación cubana, pese a los devastadores daños humanos y económicos que el bloqueo genocida provoca a nuestro pueblo.

Conviene recordar que la amenaza y el ultimátum mafiosos ya se usaron en el pasado cuando el esfuerzo internacionalista de Cuba apoyaba los movimientos de liberación en África mientras Estados Unidos respaldaba al oprobioso régimen del apartheid. Se pretendía que Cuba renunciara a sus compromisos solidarios con los pueblos africanos a cambio de promesas de perdón, como si la Revolución tuviera que ser perdonada por el imperialismo.

En aquel momento, Cuba rechazó el chantaje, como lo rechaza hoy, con el mayor desprecio.

El General de Ejército Raúl Castro recordó el pasado 10 de abril: “En 60 años frente a las agresiones y amenazas los cubanos hemos demostrado la férrea voluntad para resistir y vencer las más difíciles circunstancias. A pesar de su inmenso poder, el imperialismo no posee la capacidad de quebrar la dignidad de un pueblo unido, orgulloso de su historia y de la libertad conquistada a fuerza de tanto sacrificio”.

El gobierno de Cuba hace un llamado a todos los miembros de la comunidad internacional y a los ciudadanos estadounidenses para detener la escalada irracional y la política de hostilidad y agresión del gobierno de Donald Trump. Los Estados Miembros de las Naciones Unidas con toda razón año tras año, reclaman de manera casi unánime el fin de esta guerra económica. Los pueblos y los gobiernos de nuestra región han de hacer prevalecer, en beneficio de todos, los principios de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez declaró el pasado 13 de abril: “Cuba sigue confiando en sus fuerzas, en su dignidad y también en la fuerza y la dignidad de otras naciones soberanas e independientes. Pero sigue creyendo también en el pueblo norteamericano, en la Patria de Lincoln, que se avergüenza de quienes actúan al margen de la ley universal en nombre de toda la nación norteamericana”.

Una vez más, Cuba repudia la mentira y las amenazas, y reitera que su soberanía, independencia y compromiso con la causa de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe no son negociables.

A dos días de conmemorar el 58 aniversario de la victoria de Playa Girón, histórico punto de la geografía nacional donde las fuerzas mercenarias impulsadas por el imperialismo mordieron el polvo de la derrota, la Revolución Cubana reitera su firme determinación de enfrentar y prevalecer ante la escalada agresiva de los Estados Unidos.

La Habana, 17 de abril de 2019
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Today, April 17, marks the anniversary of the beginning of the military aggression at Playa Girón in 1961. The resolute response of the Cuban people in defense of the Revolution and socialism gave rise, in only 72 hours, to the first military defeat of imperialism In America.

Curiously, it is the date chosen by the current government of the United States to announce the adoption of new measures of aggression against Cuba and to reinforce the application of the Monroe Doctrine.

The Revolutionary government rejects in the strongest terms the decision to permit, going forward, the interpostion of actions in US courts before lawsuits against Cuban and foreign entities beyond the jurisdiction of the United States, and to harden the impediments to entry into the United States by managers and relatives of companies that invest legitimately in Cuba, in properties that were nationalized. These are actions contemplated in the Helms-Burton law that have been rejected by the international community for a long time, and which the Cuban nation repudiated since the time of its enactment and application in 1996, and whose fundamental objective is to impose colonial tutelage over our country.

[The Cuban state] also repudiates the decision to again limit remittances that Cuban residents in the US send their family and relatives, and to further restrict the travel of US citizens to Cuba, and to apply additional financial sanctions.

[The Cuban state] emphatically rejects the references to the fact that in Cuba there have been attacks against US diplomats.

[The US] pretends to justify their actions, as is customary, with lies and blackmail.

Army General Raul Castro said on April 10: "Cuba is blamed for all evils, using lies in the worst style of Hitler propaganda."

To hide and justify the evident failure of the sinister coup maneuver to designate from Washington a usurping "president" for Venezuela, the government of the United States turns to slander.

It accuses Cuba of being responsible for the solidarity and firmness shown by the Bolivarian and Chavez government, the people of that country and the civilian-military union that defends the sovereignty of their nation. It blatantly lies in alleging that Cuba maintains thousands of military and security personnel in Venezuela, influencing and determining what is happening in that sister country.

[The US] cynically blames Cuba for the economic and social situation that Venezuela faces after years of brutal economic sanctions, conceived and applied by the United States and several allies, precisely to suffocate it economically and generate suffering among the population.

Washington goes so far as to pressure third-country governments to try to persuade Cuba to withdraw this supposed and implausible military and security backing, and even to stop providing support and solidarity to Venezuela.

The current government of the United States is recognized, in its own country and internationally, for the unscrupulous tendency to use lies as a domestic and foreign policy resource. It is a habit that accords with old practices of imperialism.

The images of President George W. Bush, with the support of current National Security Adviser John Bolton, are still fresh, lying indecorously about alleged weapons of mass destruction in Iraq, falsehoods that served as a pretext to invade that Middle Eastern country.

History also records the explosion of the battleship Maine in Havana and the self-inflicted incident in the Gulf of Tonkin, episodes that served as a pretext to unleash wars of violence in Cuba and Vietnam.

We must not forget that the United States used false Cuban insignia, painted on the planes that carried out the bombings in the prelude to the Bay of Pigs aggression, to hide that they were really North Americans.

It must be clear that the calumnies of the United States rest on a total and deliberate lie. Its intelligence services have more than sufficient evidence, probably more than any other State, to know that Cuba does not have troops or participate in military or security operations in Venezuela, although it is a sovereign right of two independent countries to determine how to cooperate in the defense sector, which does not correspond to the US question.

The one who accuses maintains more than 250 thousand soldiers, in 800 military bases abroad, a part of these in our hemisphere.

Its government also knows that, as Cuba has declared publicly and repeatedly, the approximately 20 thousand Cuban collaborators, more than 60% women, carry out in that Latin American nation the same tasks that currently are carried out by another 11 thousand professionals of our country in 83 nations: to contribute to the provision basic social services, mainly health, which is recognized by the international community.

It must also be absolutely clear that the firm solidarity with the sister Bolivarian Republic of Venezuela is a right of Cuba as a sovereign State and is also a duty that is part of the tradition and the inalienable principles of foreign policy of the Cuban Revolution.

No threat of reprisal against Cuba, no ultimatum or blackmail of the current US government will divert the internationalist behavior of the Cuban nation, despite the devastating human and economic damage caused by the genocidal blockade to our people.

It is worth remembering that the threat and the mafia style ultimatum have already been used in the past when Cuba's internationalist effort supported the liberation movements in Africa while the United States supported the opprobrious apartheid regime. It was intended that Cuba renounce its  commitments of solidarity with the African peoples in exchange for promises of forgiveness, as if the Revolution had to be pardoned by imperialism.

At that time, Cuba rejected the blackmail, as it rejects it again today, with the greatest contempt.

Army General Raul Castro recalled on April 10: "In 60 years against the aggressions and threats Cubans have shown the iron will to resist and overcome the most difficult circumstances. Despite its immense power, imperialism does not possess the capacity to break the dignity of a united people, proud of its history and of the freedom conquered by so much sacrifice."

The Cuban government calls on all members of the international community and US citizens to stop the irrational escalation and the policy of hostility and aggression of the Donald Trump government. The Member States of the United Nations rightly year after year, claim almost unanimously the end of this economic war. The peoples and governments of our region must make the principles of the Proclamation of Latin America and the Caribbean as a Zone of Peace prevail for the benefit of all.

The President of the Councils of State and Ministers Miguel Díaz-Canel Bermúdez declared on April 13: "Cuba continues to trust in its forces, in its dignity and also in the strength and dignity of other sovereign and independent nations. But he continues to believe also in the American people, in the Homeland of Lincoln, that he is ashamed of those who act outside the universal law on behalf of the entire American nation. "

Once again, Cuba repudiates lies and threats, and reiterates that its sovereignty, independence and commitment to the cause of the peoples of Latin America and the Caribbean are not negotiable.

Two days after its commemoration of the 58th anniversary of the victory of Playa Girón, historic point of the national geography where the mercenary forces impelled by imperialism bit the dust of defeat, the Cuban Revolution reiterates its firm determination to face and prevail in the face of the escalation aggressive of the United States.


Havana, April 17, 2019

















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